Su propia perdición

Todo árbol brota con el sol,
todo mar oscila con los astros,

entre verdades no dichas
caminan los pecadores agraciados,

mintiéndole a la vida,
mintiéndole a la muerte,

se llevará nuestras cabezas,
así como su guadaña corta torsos,
nuestra cordura desvanece toda duda,

pregúntale a ella,

¿cómo se siente ser tú?

¿cómo se piensa un ser inmortal?

resurgirán viejas respuestas,
que siempre aguardaron por un observador,

claudicarán nuevas cegueras,

a la luz del crepúsculo,

vomitará su sol solo sangre,

y todo horizonte será fauce divina,

hasta que dios
entienda
su propia perdición.

 

El poema reflexiona sobre la fragilidad humana frente al tiempo, la muerte y la divinidad, mostrando un mundo donde la verdad y la mentira conviven en tensión. Las imágenes del árbol, el mar y la guadaña sugieren ciclos inevitables de vida, juicio y destrucción, mientras la conciencia humana intenta comprender su propia mortalidad y la naturaleza de lo eterno. La voz poética invita a cuestionar la existencia y el papel de lo divino, revelando que incluso Dios podría enfrentar su propia perdición. En conjunto, la obra transmite una sensación de asombro, temor y reflexión sobre la finitud, la justicia y la trascendencia.


Saludos Cordiales