Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Yo tengo muy pocos pelos
en esta bendita lengua.
Siempre me vienes con celos
porque mi vigor no mengua
aunque seamos abuelos.​

 

Cuando seamos abuelos
calzaremos barbas largas
que, por no rozar los suelos,
ataremos con anzuelos
que pinchen a las amargas.​

 

Comí, de frutas amargas,
diría un supermercado.
No me siento acomplejado;
son los morrales que cargas
si fuiste muy arriesgado.​

 

Yo no peco de arriesgado
si pienso que es un traidor
pues pica de flor en flor
vende a su padre, es malvado
y sin duda un impostor.

 

Creo que te falló la métrica en el primero, Bernardo.

Levita un hedor
a pájaros muertos.
Es un ruiseñor
que yace en los huertos
de este viejo amor.​

 

Ya corregido. Gracias.

 

No es deseo, es más amor
aunque es todo apetecible
todo siempre con honor
lo contrario no es plausible
y se convierte en error.

 

Ya se juntaron montones
de malezas en mi seso
y aprecio flor y cardones.
Te admiro, tal vez por eso,
vengas con o sin tacones.​

 

Se extinguen los corazones,
mientras seseras raquíticas
siguen sufriendo lesiones
en las redes troglodíticas,
plagadas de sinrazones.​

 

Cuando favores concedes,
nunca esperes recompensa.
Quien recibe, a veces piensa
que ayudar debes pues puedes.
Es su forma de defensa.​

 

Pintan calva la ocasión
en esta noche de faldas.
Navegaremos un son
de descubiertas espaldas
que obnubilan la razón.​

 

Sé que no tiene razón,
no ve que el error le ciega
si camina por la vega
que le enseña el corazón
y que nada bueno lega.

 

El que en su vida no lega
algún día legará
y bien que disfrutará
ese último que llega
que de él ni se acordará.

 

Creo que el tercero te ha quedado de nueve, estimado Cyrano.

 

Seguro se acordará
de esa vez que nos cruzamos.
Por dos horas caminamos
a las Puertas de Alcalá
y al Prado luego marchamos.​

 

Tienes razón, Ermene. Gracias. Ya está corregido.
Un abrazo

 

Fue tajante: " nos marchamos".
Se dirigió hacia la puerta
dejandola boquiabierta
y, cuando el adiós cantamos,
comenzó la cruel reyerta.

 

Acabemos la reyerta,
dejemos ya de gritar ,
que nos llamen a votar
porque la puerta está abierta
y alguno la ha de cruzar.

 

Porque me habré de cruzar
con Rasputín algún día
sigo la filosofía
de no llegar a ser zar
y quedarme en medianía.

 

Hablando de medianía
no es difícil encontrar
en la actual ciudadanía
ejemplos para abrumar
…y el listo no lo creía.

 

En unicornios creía.
Juré que se los peinaba,
mientras un hilo de baba
mostró cómo la quería.
No supe que me engañaba.​