Tercetos encadenados

En esto soy un crack,
porteño y bailarín, el Cachafaz.
También bebo martinis y coñac

por fino, aunque me ponga muy locuaz,
flirteando con quien no debería.
Mas nunca me verás un antifaz.​

 

Primaveras tenía,
muchas tal vez, su bella faz trigueña.
Mas la mía también dolor lucía.​

 

Nos brindaba Cantiflas perorata
sofisticada en la ocasión absurda.
Es digna de su estilo tu sanata*.​

* sanata (Fuente: diccionario de americanismos, https://www.asale.org/damer/sanata)
1. f. Ar; Ur, p.u. Conversación, discurso o explicación larga y pesada. pop + cult → espon.
2. Ar. Embuste, mentira. pop + cult → espon.

 

Absurda.

Tal vez sea yo burda
tratando que me quiera desde lejos.
Es extraña pasión, sublime, absurda.

Me miro en los espejos
y me digo: no sé como es su cara.
Mejor no nos veamos, somos viejos.

Es situación muy rara,
tan solo con palabras me enamora
y aún sin ver su rostro veo clara
y desnuda ante mí su alma canora.
​

Perdón, me tardé mucho en publicar. Sigan el terceto de Pi.

 

Sigo con el de Pi, dado que hay una estrofa de cuatro versos en el último.

Usar “aturda” y “curda” es la perfecta
memoria de aquel tango muy tristón,
en el cual un beodo se introyecta.

​

 

Ostenté un alto rango
en noches del puñal y un desafío.
Y si se transformaba algún fandango

en sangre, algo sombrío,
nunca el primero hacia la puerta fui,
si había cierto espacio que era mío.​

 

Tu voz habla de mí
y aturde mis sentidos transgresor
dejando mi razón fuera de sí.​

 

Me duele este dolor,
no solo el cuerpo sino el alma ocupa
buscando que me llene de terror.

 

Toma prestado en casa un loco okupa
mi cepillo de dientes.
Siempre detesto que el suelo escupa.​

 

Yo no sé lo que sientes,
mas si no escribes cómo he de saber.
Escribe lo que dices entre dientes.​

 

Estimado Pi, cortesía se escribe con "s".

Tu dulce cortesía
enamora con su delicadeza
y me causa emoción en demasía.​

 

Dime, Naturaleza,
sabia serás (nos suelen recordar).
No entiendo el atropello y la bajeza

del maniático modo de talar
el manantial de un aire que se esfuma.
Entre copas, nos diste aquí un lugar.
​

 

No puedo imaginar
andar por los senderos de los versos
y aquellos tuyos, tersos, no encontrar.​

 

Nos mostramos inmersos
en, vaya uno a saber, banales cosas.
Hay, para malos gustos, muy diversos

tópicos de sorpresas lastimosas:
la estupidez de un perro saltarín
e hinchados labios de supuestas diosas.​

 

Admiré sin envidia al bailarín,
envidié sin coraje el virtuosismo,
rechacé con disgusto al figurín.

 

No sé si es tu cinismo
tu actitud transgresora lo que atrae
deseo de caer en el abismo.

El alma se retrae
la pasión es un riesgo que fascina
mas se teme el peligro que ella trae.

La pasión ilumina
nos hace hervir deseo, su sativa
nos eleva a una estrada que es divina.

Su clímax nos cautiva.
Pasión, néctar divino, luz que atrapa
a polillas urgidas de la vida.
​

 

No sé si por la noche vuestra capa
usare tras sufrir tan fría tarde
que la pobre no sirve, no me tapa.

 

Solo la usaste para hacer alarde,
aunque creo que poco te ha servido:
todos sabemos que eres un cobarde