Abrir la puerta al cielo

Abrir la puerta al cielo es despojarse
antes de todo peso, alzar las alas
que da la fe, vestir las blancas galas
de la simplicidad y arrodillarse.

Reconocer la Altura es arrobarse
junto a un pensamiento sin escalas.
Dejarle atrás al mar las horas malas
y de humildes virtudes alhajarse.

Entrar por la dorada puerta suena
a coros de jardines acerados
y al habla del amor entre las rosas.

Solo se abre tal puerta al alma plena
ya lista para alcázares perlados
y aromáticas pátinas herbosas.

 

Gracias, Maramín, por tu lectura y amable comentario.

 

Mucho me alegra, bristy, que te haya agradado la lectura de este soneto. Gracias por tu amable comentario.

Un cordial saludo.

 

Gracias, amigo Alde, por la lectura y apreciación a mi poema.

Saludos.