De músicas y otros tambores

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Que sí, valientes, lo confieso,

yo mismo, sin ir más lejos, regalaba mi alma
al primer diablo amateur
y destroyer que me tropezaba.

Sabed
que nuestros belicosos acnés también bramaban
sus honorables justas y vendettas.

y nuestras hormonas frescas
sus edenes y sus espejismos intercambiables
e interconectados.

Y aún nos quedaba aliento
para insurgencias cuando los tentáculos
de los brujos reciclados
del márketing oficial.

Pero sí, tenéis toda, toda la razón.

A nosotros no nos limitaron a ochenta por hora
la conquista de ningún exoplaneta
oxigenado y oxigenante
ubicado en el backstage de las utopías
o tras autopistas llovidas de estrellas.

Es más,
ni siquiera precisábamos navegadores de vuelta
cuando el corazón se nos desorbitaba
en sus profusos lapsus de gravedad.

Que sí, sangres de nuestras sangres, adns de nuestros adns,
vosotros y vosotras, copias mejoradas,
más altas, más bellas, en vuestro mundo increíble
de lepidópteros metálicos y algoritmos carnívoros,

nosotros, con nuestros siniestros incrustados,
nuestras banderas flácidas
¿quién coño somos para exigiros el camino?

Nosotros y nosotras, con nuestras viejas bandas
punkis, tecno pop y metaleras,
con nuestras secuelas de legendarios excesos químicos
¿quién nos creemos para aguaros la fiesta, para escarnecer
vuestros raps enfadados y vuestros infumables reguetones?

nosotros,
con nuestra fauna parlante del tal Esopo,
nuestras Heidis repipis, nuestros equilibrios de alambre
en el país de las maravillas sin HD,
nuestras democracias con vistas a mares azulísimos
y nuestras demás boomerhorteradas?

Pero también os digo que añorar nostalgias ajenas,
resucitar faraones autodivinizados,
es cosa muy distinta de valientes.

Pero sí, vale, ok.

quién,
quién somos nosotros y nosotras para deciros
si sabéis
si tenéis la menor idea
de dónde narices os estáis metiendo.

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La abeja Maya, Mortadelo y Filemón, ACDC y mi amigo punk con cresta de color en el 80, las discos y su increíble música de los 70 y 80, Los payasos de la tele con Gabi, Fofó, Miliki y Milikito ("hola Don Pepito, cantaba media plaza de toros en los San fermines de Pamplona, hola Don José, respondía la otra mitad, pasó usted por casa, por su casa yo pasé. Vio usted a mi abuela, a su abuela yo la vi. Adiós Don Pepito, adiós Don José... Y entraban los toros. Y esto después de una noche de fiesta a tope ja, ja, ja...).

Cacho abuelo, somos los mejores, la más mejor generación que ha dado España.

Buenas letras, abuelete

 

Jajajaja. se me ha emocionado usted, señor Vicente
Pero sí, no sé si fuimos los mejores, pero sin duda alguna fueron los tiempos más divertidos que hemos vivido los españolitos jamás.
También es verdad que hubo sus claros y sus oscuros, -la heroína se llevo a muchísimos jóvenes, por ejemplo- pero ciertamente la libertad y el cachondeo que disfrutamos (además de la mejor música de todos los tiempos) ni existió antes ni creo que ninguna generación joven o venidera lo vuelva a tener o repetir.
Aunque el poema realmente "lanza dardos" más afilados y profundos (y a todas las partes "contendientes"); y es que pienso que ambos (los viejos y los "nuevos") tenemos nuestra parte de culpa en la deriva que está tomando el mundo (no solo España) ... pero entrar demasiado en ello me obligaría a mover el poema a sociopolíticos

Muchas gracias por su visita y por su emocionado comentario , señor Vicente.
Salud y abrazo, abuelo

 

La legendaria, divertida y un tanto estéril disputa generacional sobre quién debiera ostentar el título de poseer la mejor música jamás creada es, a mi juicio, apenas el pretexto para asomar una cuestión mucho más preocupante.

Hace pocos días escuchaba en un vlog que a dos de cada diez morritos españoles "les mola Franco" o que consideran que durante la dictadura se vivía mejor. Y eso, hasta para un remoto millenial ya algo reumático como yo, no mola lo que se dice nada. Y, claro, por acá también se cuecen habas, aunque varíen los contextos. Ese resplandor que nimba a los antiguos y actuales autocrátas encandila no a pocos desprevenidos que escrolean por los videos de Tiktok.

Y, como he dicho, es para preocuparse, carnalito Luis, pero no todo está perdido. Ni son todos los que están, ni están todos los que son. Muchos chavales con su bandera de One Peace y su justa indignación se niegan a recibir espejitos en este mundo que van a heredar, mientras otros tantos de nuestro kilometraje ya están echados en la amarga resignación. Se puede intentar superar el desaire juvenil de los unos y la condescendencia paternal de los otros para dialogar, para hacer del decir un hacer, aunque Rosalía, The Clash, Shakira, Serrat, Gardel o el Conejo Malo estén de fondo.

Algunos les toco la movida madrileña y a otros solo la resaca. Ni pedo. Te mando un abrazo fuerte, carnalazo. Y muchas gracias por compartir textos tan urgentes y necesarios.

 

Los jóvenes por norma tienen casi la obligación generacional de contradecir y enfrentarse a sus mayores, pero lo que está ocurriendo ahora es que lo nuevo y rompedor viene manipulado y contaminado de fábrica por lo peor y lo más rancio de lo viejo.
Y sí, es cierto, carnalito, que no toda la juventud entra en esa "moda", pero el número de ellos y a la velocidad en que están entrando en una parte importante del planeta sí es bastante preocupante.
Está fallando la educación, está fallando el control sobre las nuevas tecnologías, y han fallado las políticas teóricamente mejores. Son demasiados frentes y fallos. Y la cuestión es que la juventud de hoy son el mundo del mañana.

La música y el arte en general son un reflejo y un termómetro de la vanguardia y la "salud" cultural de una sociedad, y hasta en eso la estamos cagando , ... menos mal que los poetas de MP estamos en las trincheras de la Resistencia

Gracias, carnalito, y otro abrazo grande de vuelta.