Tercetos encadenados

Así como la vida
presenta inesperados altibajos,
tarde o temprano sanará tu herida.

 

Cocino con cebollas y con ajos
que dan un lindo toque al preparado
pero has de seccionar sus tiernos gajos.

 

Pues jamás he probado
las frituras con mucho condimento,
ya es hora de probar ese bocado.

 

Frustración de momento.
Es que nada funciona ¿qué he de hacer?
Solo queda escribir este lamento.


Corregido. Gracias Hermenegildo.​

 

Te diré lo que deberás hacer:
ese segundo verso tiene doce.
Con muy poco lo puedes componer.​

 

Ese terreno quiero que desbroce,
le dijo el propietario al jardinero,
le pagarė muy bien ya me conoce.

 

Un tipo complicado el jardinero;
al jardín le hizo surcos a lo loco
y al final, dejó un tétrico chiquero.​

 

Un desastre total hizo ese loco
taló arboledas y plantó maleza
e incendió todo por si fuera poco.

 

A veces, con mínima certeza,
contratamos jornal de medio pelo
y el caco nos arranca la cabeza.​

 

Se escondió en el altar detrás del velo
pues no quiso mirar al sacerdote
que oficiaba la boda sin consuelo.

 

Pensó que se casaba por la dote
después de aquella boda programada
con un vivo de barba y de bigote.

 

No sacará tajada
de fortunas que no le pertenecen.
El bigotón lanzó una risotada.​

 

Tus palabras parecen
murmullos que en el viento se transmiten
son murmullos que en sueños me estremecen.​

 

Las aves, insistentes, me repiten
tu nombre en las mañanas invernales.
Con trinos, cierta calidez transmiten.​

 

Por esos manantiales
entre bosques pujantes de espesura
busco tu huella entre los pedregales.

 

Dicen que la mesura
suele ser, en algunas circunstancias,
la marca registrada de chatura.​

 

Ya sabes, son mis ansias
de leerme tus versos que son perlas
para entonar con ellos resonancias.​

 

Irė al fondo del.mar a recogerlas,
sė que están resguardadas en un libro
y hoy mismo bajaré para leerlas