Becerros de oro

BECERROS DE ORO

Qué habrá sido de aquellos los poetas
que al verso consagraron una vida,
y que en él vieron la ansiedad cumplida
rozando con palabras altas metas.

Sin ascesis, pasaron por ascetas,
sellándole los labios a su herida,
cuando la muerte —carne corrompida—,
sus mentes detenía otrora inquietas.

Me niego a idolatrar númenes, estros
—mis poemas ahora son los nuestros—,
para hacerlos becerros, cuánto oro.

Jamás nada ni nadie en tu lugar,
aunque, a veces, me cueste el atisbar
la hermosura en tus versos, mi tesoro.


Salva Glez. Moles.
11/12/2025.

 

Así lo he pretendido, estimado Alde y más en la última corrección, más explícita. Mil gracias por esa mirada sagaz a mis letras

Saludos cordiales.

Salvador.

 

Así lo he pretendido, estimado Alde y más en la última corrección, más explícita. Mil gracias por esa mirada sagaz a mis letras

Saludos cordiales y mis disculpas por el error en la cita.

Salvador.

 

Me ha gustado mucho el tono reflexivo de tu soneto, amigo y pregunto como tú:
Qué habrá sido de aquellos los poetas
que al verso consagraron una vida,
y que en él vieron la ansiedad cumplida
rozando con palabras altas metas.

 

Ojalá estén en el mejor lugar, pero no ocuparán el lugar que Él ocupa en infinidad de corazones.

Con un saludo te van mis afectos.

Salvador.

 

Muchos son los becerros de oro, demasiados.
En verdad, si lo pienso, aquellos poetas idolatrados, al menos se ganaron la fama, pero hoy el arte se ha convertido en negocio, en todas sus variantes; no hace mucho vi en un artículo, que le habían concedido un premio a un "artista", por presentar un WC sobre una tarima.
Muchos wates hay hoy pululando también por las letras, que no los entiende ni su puñetera ... eso mismo.
En fin. Tu poema, como siempre, con tu mensaje particular que, aunque algunas veces no comparto, siempre lo admiro.
Apúntate a una zambombá... yastastardando.
Un Abrazo

 

Esto que va a continuación es el inicio de un poema del Director del Instituto Cervantes. A ver dónde está la genialidad.

“Si tú
me llamas, amor, yo cojo un taxi,
cruzo la desmedida realidad
de febrero por verte,
el mundo transitorio que me ofrece
un asiento de atrás,
[…]

Tendrás que leer el poema entero de García Montero para hacerte una idea. He oído también a poetas consagradísimos que decían que no escribían para que se les entendiera. Entre tanto yo con los jacuzzis. Así no llegaré a ninguna parte, asumido lo tengo. Mientras me niego a la ciega idolatría. Creo que me entiendes aunque no compartamos muchas cosas, creo que no tanto.
Voy a omprarme la zambomba.

un abrazo fuerte.

Salva.