El Señor de las vacas

¡Señor!
¡el pasto se come a las vacas!
ladran
caminan en dos patas

Lloran lágrimas de diario
lamentan al toro
que sus testículos cortaron

El cielo se rompe
espejos rotos caen
de noche
las cosechas se pierden
entre ladridos desolados

Señor.
las vacas están extrañas
ya no ríen ni conversan
solo ladran, ladran y ladran

me han invitado a bailar
a menear las caderas en el granero
a
¡beber leche de sus ubres!
(… y yo casi acepto)

Por las noches ensayan su canto
atraviesan el campo como flechas
planean una serenata con guitarrones
¡y a mí me encantan los mariachis!

Están planeando algo
Están planeando algo

¡Planean convertirme!

Las perras dan leche,
alimentan escuelas con ella,
leche triste
que todos aman por igual

Las perras mugen y las vacas ladran
bailan cueca sobre su pena
cortan su grasa para hacer chicharrones
por la falta de cosecha

Un día se levantarán
comiendo pasto en cuatro patas
derramarán su leche en un balde
y la beberán ellas mismas

Perderán sus dientes y muelas
cambiarán sonrisas por muecas
cerrará el granero
hasta que seduzcan al nuevo toro

Suavizarán tus labios con la leche
de sus ubres gigantes
Ungieran tus ojos con bailes
profanos e impuros
Te arrodillaran con su canto
de invierno anegante

Señor.
Es muy tarde.

De mi cabeza han crecido cachos
y mi piel se torna peluda,
negra como mi deseo,
como pasto sobre trozos de espejos
y siento ganas de bailar

Muuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Es muuuuuuy tarde
sacudo mis ubres
para beber mi propia leche.

 

Muchas gracias Sr.