Caminante

(Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.)


Alguna vez las derrotas
saben a hielo caliente,
otras, amargan a cobre
y a labios dilatados,
como una bofetada.

Las mías, como todo perdedor,
se deshilachan en lluvia
entre mares y cielos,
y conocen su camino
sin siquiera mirarme.

Del invierno, siete fríos,
del verano, muerte rubia,
siempre aguardando abriles
que nunca llegan
o llegan tarde.
Cuando la noche me cierra
el color de las flores,
o me tapo los ojos
para guardar lo que vi.

Comí alacranes de piedra
para no tropezar con ellos,
y maté amores por miedo,
pensé, que en defensa propia.

Recibí escarcha bendita,
hacedora de vidas
sobre la tierra en ayunas,
y me puse guantes
para enmudecer mis dedos.
No hay que tocar las vidas
cuando son cachorros,
la tierra las aborrece
y esconde su leche.

Pero de tanto morir,
(morir cada día)
el camino acierta a perderse
en la espesura del tiempo
donde el viento no llega.

Y unos árboles sabios
de tanto estar quietos,
escuchando los nervios
que sus raíces sujetan,
le dicen a Antonio,
Machado, el poeta:
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Los pies podridos de humedad
por todos los pasos sobre el barro,
teñidos y humillados los hombros
de esta lluvia incesante
de infinitas piernas de araña.

Acepto la tristeza
insondable del errante.
A mí que me vallaron los lindes
de toda libertad,
que me arrancaron de cuajo
una iniciativa incipiente,
que brotó jilguero sin voz
en una cuna descascarillada.

No quiero senda ni dios,
tan sólo rozar con letras
el alma de alguien,
y si es posible, suscitar
algo de ternura bajo la piel,
en estos momentos,
en que un beso podría resucitarme,
y el sexo, hacerme hombre,
capaz de reír y llorar.

Caminante, no hay camino,
debes quedarte quieto,
hacerte árbol milenario
y cantarle a Machado la verdad.
Los caminos por hacer
son ya propiedad privada,
y las estelas en el mar
su zaguero suspiro en el agua,
su sangre salada de plata.

 

Que tristes y profundas líneas... has tocado mi pequeño corazón...
un beso... un beso...

 

Que poema grandioso me he encontrado hoy sabado en la tarde, evocando al grandioso Machado y tú, sin quedarte atras de sus versos. Genial y admirable trabajo amigo. Abrazitos despejaditos de fronteras que voy con un sinfín de estrellas...!

 

Gracias, Myriam, se me alargó la mano,
no podía acabar el camino,
creo que al final hasta anduve en círculos.

Subo a tres besos
em esta apuesta tan hermosa.

 

Gracias, tuti, tu comentario es un verdadero honor,
pero aunque pasaran mil años,
Machado seguiría siendo el maestro
y yo un aprendiz de caminante.

Besos azules desde las brújulas estelares.

 

Ocupa de tus versos me hago
y gritaría no a la propiedad privada ( jaja disculpa sólo es un poco de anarquía)
no a la espera de abriles
no a morir cada día
deja a Machado que siga creyendo..
y a los demás..

Rozas Viento Azul, sábelo.

más besos :::hug:::

 

...Y quién necesita psiquiatras y antidepresivos
teniéndote a ti y a la poesía?

Ese roce que hace el cariño
se evidencia con tus palabras,
y te has convertido en una magnífica
razón para seguir ensuciando hojas.

 

Genial!, tu si que sabes abrir caminos, con solo letras y tu pensar...felicitaciones y mil estrellas, conun beso, para poderlas juntar, muuuack!

 

Viento, este poema me ha llegado tanto que he enmudecido transitoriamente, sólo puedo decirte que es demasiado profundo y hasta filosófico, que has querido volcar en letras tu alma y que lo has logrado, haciendo que llegue a comprender con sentires eso que expresas; y como el sentir que el poeta anhela extender en letras y siempre se queda corto, esta vez me lo guardo como un grato recuerdo, de un alma pasajera que ha dejado en letras su verdad.
Precioso realmente.
Un abrazo.

 

Gracias, marinera,
por encallar en estas aguas.

Besos azules del Mediterraneo.

 

Gracias Mariana, es un placer conocerte,
y otro leer tu halagador comentario.

Un beso desde Mallorca,
azul y suave, como el Mediterraneo.