AISLADOS

Soy el que hundo el otro lado de tu lecho,
el que tiembla cuando en invierno le robas la manta.

Soy el espejo de tus discusiones,
la prolongación de tus resoluciones,
el discreto marco que te envuelve.

Hoy que los pájaros de Hitchcock
nos regalan su versión con la fiebre aviar.
La muerte alada anunciada, bella y numerosa,
que corona al jinete del Apocalipsis.

La mugre que se crió en la cuna de nuestras uñas
se alimentó del ocio y del odio.
Nos estalló en los ojos y tiñó nuestra mirada
ensuciando cualquier acción del hombre y del hambre.

Por eso fuera hace frío,
por eso estamos aislados,
y sólo nos quedamos el uno para el otro.

Y a ese tenernos asustados,
le llamamos amarnos.
Y a nuestros hijos les contamos
cuentos de libertad.

 

Un amor contra la corriente y a pesar de todo.
Hermosa imagen de un matrimonio.
Lo de la gripe de los pájaros es muy de actualidad por lo que le da una tonalidad agradable, que jamás pense leer en un poema de amor y esto es bueno como factor sorpresa. Es un creer ideales, un compartir que me encanta.
Es más te confieso gran amigo mío si me caso, será cuando con una mujer me sienta asilado. Porque con ella querré conpartir la isla o mi refugio imaginario.

De nuevo un brindis por la originalidad y porque tu fotografía de esta pareja es alentadora.
Me vino el recuerdo del poema Te quiero de Mario Benedetti. Por que ambos describen un amor objetivo y con ideales. Maduro me gustaría decir.

Sin más hasta pronto y me disculpo porque no he tenido tiempo para contestarte pero dentro de poco responderé.
Un afectuoso abrazo:
Librado.

Pd: Cuando vengan ideas como esta, no las metas a la estructura o métrica porque asi expresas demasiado, lo interesante es no perder la sensibilidad.

 

Me embriagas poeta en tus letras...

Besitos azules en una tarde sin brisa,

 

Disfruté de que te llegara, y de tu sentido comentario.
En cuanto a lo de la métrica, la rima, e incluso el ritmo,
es a lo que me refería. Cuando no pueda domarlo fácilmente,
si le quieren llamar prosa poética que se lo llamen.
Mis escritos distan mucho de ofenderse por un nombre tan hermoso.

La diferencia está entre la hermosura sofisticada de un corcel de doma andaluz,
criado a cuerpo de rey, aseado, arreglado y con una elegancia grácil y amable,
coordinando todos sus movimientos con certeza absoluta.

O

La belleza salvaje de un cimarrón lleno de barro, a la puesta de sol, buscando
con fervor el favor de una hembra, lleno de heridas de la vida,
y pleno de vida en sus heridas. Pero al fin y al cabo libre para hacerlo.

Aunque a lo mejor digo esto, porque soy un jamelgo incapaz de rimar con ritmo
manteniendo los sentimientos sobre la hoja.

Sea como sea, sólo el caballo domado gana premios.

 

Eso te iba a decir, tanto viento azul,
iban a salirte besos de ese color.

Gracias por tu brillante presencia.
Probablemente soy amarillo,
y con tu verde me vuelvo azul.

#-o :-k

Ya sé que hacen marrón ...

:^o

¡pero en mis letras y comentarios hacen lo que a mí me da la gana! [-(

 

Aunque parezca contradictorio,
hay a quien esa luz puede darle miedo,
y lo disfrazan de bombillas de ahorro,
sobre todo para no ver en las facturas tanta sinceridad.
Y la transparencia se viste de adornos,
por que después de Adán y Eva,
nos sentimos incómodos al andar desnudos.
Creo que por que una niña, llamada Experiencia,
rompió los cristales desde dentro, o desde fuera.

Por mi parte, me alegro mucho de que vivieras en ese fabuloso castillo,
El paraiso de la transparencia. Idílico y evocador por donde lo nombres.

Gracia Julia por comparar mi cueva con tu hogar de amor.

 

Sólo un poeta como vos puede Desmentir aquello de que el Amor es Dar lo que no se tiene a Alguien que no Es. Es un aforismo Lacaniano que LE CAN (como me gusta llamarlo en solfa) toma del Banquete de Platón.

Qué maravilla, Tomeu, que a veces alguien pueda ponerle palabras al Amor como Posibilidad de dar lo que sí se tiene a Alguien que Es.

 

Hermoso comentario, y sin duda más culto que la obra.
Un beso, un abrazo y repito ... ¿Bailamos?

 

... si ya hace unos meses que venimos danzando...

Ciela Milonguera