Jose Anibal Ortiz Lozada Apr 13, 2025
Soy el paraguas que no protege del agua,
sino que la acompaña.
Ese que no se abre para impedir el cielo,
sino para invitarlo a caer en susurros
sobre tu espalda desnuda de certezas.

Me despliego en tu incendio
como quien se lanza a una tormenta con los ojos cerrados
y los labios abiertos,
no para cubrirte,
sino para verte empapada de todos tus fuegos,
esos que la lluvia no apaga,
sino que aviva con cada gota.

Soy el refugio inútil que eliges
cuando lo que arde en ti no se apaga con agua,
sino que se baña de ella para sentirse más real.
Soy el gesto que se extiende,
no para detener el cielo,
sino para hacer del diluvio un baile,
de tu piel, un poema mojado,
y de tu deseo,
una ciudad inundada de pronombres.

No vine a salvarte de la lluvia.
Vine a empaparme contigo.