Volver hasta tus brazos... ¡Qué clase de puñetas me invento a veces! Eso es porque me sobra tiempo, porque el espacio de las dos y las siete es...
Honestamente: me jodes. ¿Cómo negarlo? ¿Cómo decirlo de otra forma? Te pones los tacones a las cinco y cuando miro y me acuerdo, ya son las dos...