Aborto

Murió bajo el horizonte postrado
¡Enfermo!
Y sólo hubo nada en sus ojos:
ojos cerrados, ojos vacíos

El tiempo quedó estático
como un animal disecado,
hubo vacante de piel sobre su carne.
No envejeció siquiera.
No escuchó historias de sus abuelos.
Se fue con los ojos vacíos.
Mas siquiera una lágrima pero nada…
¡NADA!
Solo hubo un hondo suspiro:
El último. El único.
El que me le hace recordar
cada vez que me enfrento a la muerte.

¡Murieron todos para él!
Él se fue de aquí
Que manera tan extraña de irse.
O quizás abandonado quedó.
Sea como sea,
solo hubo nada en sus ojos,
prendían y apagaban el día,
pero seguía así:
Sin viento
NI polvo.
¡Nada lo reconstruiría!
-¡Que Tragedia!-
El horizonte postrado,
¡Enfermo!

El tiempo es un animal disecado.
No hay arrugas ni historias
ni un abrazo que nos cuenten de él.
No supieron el día de su cumpleaños.
Una fotografía para que sepan que sonrió.
¡No nació siquiera!
No vio luz ni sombra
Solo un vacío.
Solo la nada y un mar…
un mar donde no hubo siquiera un órgano
o algo energético de él.
Sin rastro.
Un “pórtate bien” de su Madre ausente
o un niño llorón o un enfermizo ser humano
No se enamoró.
No tuvo amigos.

¡Sólo hubo nada en sus ojos!
Cada vez que cierro los míos
veo que camina hacia mí.
Sin embargo, tú lo negaste tres veces
¡Lo mataste!
¡Lo asfixiaste!

Cada vez que cierro mis ojos
le suelo mirar jalando una historia
que se escribió en el invisible viento
Es la historia que nadie quiere contar,
La historia que quieres olvidar:
Tu vientre saqueado,
tu mirada perdida
y no dejas de llorar…

Mujer:
-¿Por qué tuviste que quemar su libro
antes de que empezara a escribir?-​