Adiós papá

Cuánta infancia de risas
y colores ahondando el paso del tiempo.
Tus manos guiaron mi curiosidad
hacia el conocimiento del todo
y la búsqueda de sabiduría sin límites ni pasividad.
Fueron el resumen de risas y chistes
cuanta ocurrencia de tus labios emanaba
aún en tus peores momentos sin reclamar nada.
Las diferencias nos alejaron,
las circunstancias y malas decisiones
mellaron tu actitud y diluyeron tu estrella.
Fue triste el distanciarnos
y fuimos felices cuando nos acercamos
y rompimos las barreras, volvimos a sonreír.
Hoy lejos, con los kilómetros de distancia
y tu recién partida infinita de mis manos,
lloro los recuerdos de mi infancia contigo.
Entonces el postrer beso de nuestra despedida que nunca pensé el último
tatuado está en mi alma,
bajo la carne de mis latidos.
Te fuiste papá y aquí quedo
como el niño que llora tu partida
y no entiende por qué no regresas.

 

Eres el vivo ejemplo de sus enseñanzas, y por lo leído entiendo que te obsequió una bella infancia. Un saludo, Ictiandro.

 

Hermoso poema lleno de nostalgia y melancolía por todo lo vivido, jamás nada ocupara ese espacio latente.
Te comprendo porque viví el dolor de mis hijos cuando perdieron a su papá.
Te regalo un mar de estrellas sobre tus versos.