Agradece

Agradece

Imagina un dios y agradece
por todo el amor,
por el sutil calor,
que noble se ofrece
en la cúspide de la vida;

agradece la soledad
y no la extrañes perdida,
pues fue la sobriedad
y la puerta escondida
rumbo al último elemento;

jamás te arrepientas
de la lujuria,
en aquellas noches friolentas,
de la penuria
en las que fueron ideas harapientas;

no niegues la locura;
las acciones suicidas,
las que intentaron ser cura
y fueron venganza de heridas,
no olvides la ira inmadura.

Invéntate un dios y agradece
por vivir en un verdadero milagro,
pues tu corazón obedece
a una ley de un universo magro;

pues la has encontrado
en un millón de posibles fracasos,
la amas y te ha amado;
recuerda que en algunos casos
la falta de unión invoca un ahorcado.
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