Ah´está

Ahí está.

En una mañana impasible,
voy al cerro tutelar a mirar desde lo mas alto ,
los suspiros invisibles
de aquella ciudad
donde siempre florecen los árboles,

Y antes de subir al cerro,
y por el sendero de la fulgurante avenida,
está siempre un hombre acostado.

¡ahí está,
está el mismo hombre,
tendido en el frío y duro andén,
durmiendo la noche en el día.

Ahí está,
casi desnudo y de cobija el viento.

Ahí está,
una molécula de sangre,
en una hendidura de cemento,
rechazada,
maltratada.
traumatizada.
malquerida,
desechada,
desechada,
desechada,

Ahí está,
solo el placer de una cópula que nació hace años,
desplumado y abandonado por su propia madre.


Ahí está,
el signo cáncer de piel ruda y tosca tal los nardos en los caminos.


Ahí está
el perfume hediondo de la vida misma,
cual gotas de agua ácida , que siempre bajarán por los tejados de las casas mismas.

Ahí está,
un sufrimiento,
tal indiferencia de los espejos en los lodos insensibles de los fangos.

Ahí está,
los suspiro de un hombre que susurra en la sombra,

Ahí está
soñando con la hermosa bailarina de mascara infinita,
en una noche de derroche y perfumes encantados.

Ahí está
un dolor que sangra por las raíces de la tierra
absorbiendo por las enjutas venas
el húmedo frío del lecho cósmico.

Ahí está
un cerebro tal fantasía de los cristales transparentes, con haces de luces superpuestos viajando al infinito.

Ahí está,
el mismo hombre de encantos translucidos
dormitando la agonía de Eros y Tánatos en el concierto de notas congeladas.

Ahí está,
el olvido de si mismo,
en el momento de los tiempos irreales…


Ahí está
un pensamiento,
brillante,
atascado y guardado
por los aldabones oxidados, en un tiempo detenido.

Ahí está
una mirada de ojos soñadores
en el retrato grande,
suspendido de las brumas incipientes.

Ahí está:
el disipado,
el señalado,
el perverso,
el inerme,
el destechado.
el recusable,
el excéntrico,

Ahí está el hombre,
el fruto mismo del placer o del amor.

Ahí está
cualquier hombre
tirado en las calle.
en una noche libre de la madrugada.

Ahí está
Una sombra de la noche,
durmiendo en los amaneceres.
como las noches libres que duermen en la mañana.


Ahí está
una mina de amor llorando en las madrugadas irreales,
una lluvia de luceros mezclados con lágrimas despojadas,
un coro celestial, diluido en los rondas de la nada.


Ahí está
un hálito viviente, en un mundo que no es mundo,
ahí está,
está ahí,
ahí está…

Está ahí, un infortunado Homo Sampies



luecamon

 

Muy profundo, ahí está pero no todos lo ven o miran hacía otro lugar..Leire

 

Leire ,solo la sensibilidad de nuestras almas nos lleva a mirar nuestros felicidades y adversidades, me gustó tu apreciación, con respeto y admiración, Luecamon