Aldonza Lorenzo.

Te amo, sin supersticiones.
Te amo, en todos los rincones.
Te amo, en el abrevadero.
Te amo con las vacas, y con los terneros.


Te amo en la montaña, sin esquizofrenia.





Te amo en ese monte, desde el cuál te grito, y te amenazo.
Voy a molerte a palos, y a porrazos.
Pero es una broma. Es paranoia.
Es fruta prohibida. Es chirimoya.


Tú no me soportas, porque di a luz muchos hijos.


Y no me importa que alguno de ellos, sea fresa o pijo.
De hecho, dineros son calidad, ¡ Verdad ! Decía don Luis de Góngora y Argote.
Modestamente, soy la Dulcinea del Quijote.
Y me quedo en Castilla la Mancha. Tú ve al Gobierno de tu ínsula.


Tú ve con tu escudero, Sancho Panza. Tú ve... Que yo me quedo, en el cortijo.

 

Reminiscencias modernas de don Quijote que ha sido un gusto leer. Un saludo cordial.

 

¡ Gracias, Rigel ! Por expresarte, para adorarme, públicamente.
Pero no hacen falta tantas reverencias.
Entiendo tu regocijo.

 

Nadie dijo que caminar erguido fuera fácil
Esperar a Quijote no es lo mío.
Cambiaré la historia.
Haremos un trío.
Amar y ser amado.

Firmado:
Tu milagro