Amor impersonal.

La gente protesta.
Se quejan porque no llevan huevos de gallina en la cesta.
O porque el jumento o pollino no resiste tanta cuesta.
O quizá el buey no tenga fuerzas de flaqueza o agallas, para tirar del arado.


Pero yo los miro a todos, con prismáticos, desde el prado.


Averiguo sus calamidades.
Calculo opciones y posibilidades.
Deportes y artes, con sus modalidades.
¡ Hay mucho camino por delante ! ¿ A quién le echaré, hoy, el guante ?


Le echaré una mano, y no al cuello.


Tocará junto a mí, el piano o el violon-cello.
No voy a ahogarle con mis dedos músicos.
Simplemente, a educarle e instruirle, para sacarle de hijo pródigo,
y de las energías lúdicas.


Será responsable, pues se pondrá en causa, y no en efecto.


Y va a reconocer que mi firmamento es perfecto.
Entonces, estrecharemos lazos, y lo subiré al cielo.
Podrá llover, nevar o granizar, como si él fuera nube.
Amor impersonal, lejos ya de la pasión por el BMW.