Amparame!

Esas horas, este instante…
Ese río sumiso y solitario sobre el vidrio de lo incierto.

Esas noches, esos seres,
este momento vertido en algún lugar del pasado…
esta sombra.

Esas efigies desnudas que escapan al alba…
sin ojos ni sueños…
escapan de las extrañas melodías que el sereno mármol no acata…

Y mientras tanto la vida danza y danza
en jardines azules con mil ojos de piedra.

Necesito irme, escapar con el viento,
vestirme de alondras con la paz de los muertos.

Necesito un espejo que observe mis miedos,
y conozca mi alma tan harta de mustias promesas…





Esta solitaria sementera de perlas juntadas a desgano
en mis lejanas pupilas ebrias, rellenan de hiel,
de amarga hiel estas venas cansadas
de tropeles y de entregas…

¡Ampárame niña con tus escarchados ojos de fuego,
con la paz de tus ojos!
Con tu boca de hiedra!

Quítame el sin sabor de lo absurdo
de esta boca que solo ha sabido beberse
el viento y las horas de una amarga condena.

¡Amárrame a la vida que escapa frente a mis ojos inválidos!…
de entre mis manos cercenadas por el miedo!

Basta un silencio para encontrarme
con el extraño rumor de la tierra.

Y bañarme con la luz de las estrellas
y ahogarme en un profundo sollozo.

¡Ampárame niña con tu fiebre de vírgenes pétalos…
de rosas que aun me esperan tras el vidrio de lo incierto!

¡Ampárame niña del olvido; si es que aun…



FEDE 30/10/2012















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