Ausencia-.

La voz que enorgullecida

se mantenía aparte, como

sombra dilatada que diera

palabra a la nada y a la ausencia

cotidiana, esa voz, repercutía

en tu ánimo, alentando el deseo

de existir, alejando fríos vespertinos

y nieblas congénitas a tu nacimiento.

No podrías negar que tu cuerpo,

no le perteneciera; tu mente, otro tanto.

Tú, vástago ignorado, desde su terrible

ceguera, asistido parcialmente, por nodrizas

silenciosas y maquinarias ortopédicas, en

sus urnas enmudecidas, traías contigo

más silencio y ausencia a su vida.

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Me ha gustado, hay ausencias y ausencias, la tuya es inquietante y enigmatica, por lo menos para mí, pero el conjunto del poema es bello por su ritmo y por su sensible escritura. Un abrazo amigo Ben. Paco.

 

De todo se puede aprender, Paco, gracias por tu mensaje y tu hermosa respuesta, intentaré estar más cerca de tus poemas, un abrazo recoge!