Aventura paradisíaca.

Te amo, porque eres fabulosa.
Muy tiposa y mañosa.
Frondosa, como la copa de un nogal.
Estás en un pedestal. Eres santa de mi devoción, pero con una condición:


Que no me devores.


Soy harina de otro costal.
Un asunto que no hemos de tratar, aún.
No soy gallina ponedora de huevos.
Ya que gallina vieja, hace buen caldo. Si me capturas, avisaré al agente de policía Romualdo.





Te las verás con él. Vivimos en este Edén, que es un vergel.


¿ Me dejas que te eche crema por encima ?
¡ No me enseñes los colmillos ! Camina.
Te estoy apuntando con un revólver.
¿ Lo notas, en la espalda ? Nos vamos a casar en esa Iglesia, con el párroco Tony Mnemonic.


¡ No huyas, malandrina ! ¡ No te me resbales ! ¿ A quién vas a avisar ?


" El que avisa no es traidor.
Vuelvo junto a mi familia.
Tú eres un sacerdote. "


Sacerdote, profeta y rey; y... ¡ Tú eres la mula, yo, el buey !


" No somos parte del portal de Belén. Anda y que te den. "

 

Que te den que te den me huele a querosen salpicado de mezclilla valla que cosas de la vida pero no se...

 

Quería que le dieran morcilla, viento fresco...
Que se fuera a freír espárragos.
A hacer gárgaras.
O hacer puñetas.

 

Es gracioso, mi poema. Nada más. No te obstines, Luz y Absenta.
No hay nada, en realidad.
Todo es, y nada es, al mismo tiempo.
Y el amor, como la broma, forma parte de la Creación.
Luego por tanto, mis versos pueden ser un chiste. Y sigue habiendo amor, en ellos.