Bailarín aislado

Suenan y resuenan tamborines en el cielo,
reflejan claridad a la sonrisa del pendiente,
atento canta y baila: alegría y armonía,
su fiesta es una danza que revela su pendón.

Curiosamente llora el bailarín, bien desolado,
¿cómo el sonreír cundo tu pena es tan profunda?
así lo representa sin hastíos ni ataduras,
¡bienestar a nuestros ojos, perfume celestial!

Muy poco afligido a la inquietud de sus menciones,
acciona sobre el canto ¡pudiendo ser fatal!
así lo crea hermoso, ¡virtud al trabajar!
no consta de objeciones, tampoco de abyecciones.

¡Ejemplo das, mi hermano, mi pequeño bailarín!
aislado de tu alma, pero no de tu jardín,
¿podrás mostrar tus fuerzas a la multitud que deleitas?
Domingo por la tarde, ¡cuando el fin se dé a venir!