Balances

BALANCES

Los balances de mi amor me conmueven,
y sin ser el gran cálculo un color,
ni tener bajo control a sus vaivenes,
no podré al dibujar sobre mis sienes
a las causas de las calmas de tu sol,
que son blancas por el tiempo que detienen,
esas nieves del saqueo en el amor
y esos aires cuyos vientos me devuelven.

Hoy, me bañé en las aguas de sangre
¡Qué calentito!
madrecita del hambre.

Hoy, me sentí como un niño podrido
¡Qué desamor!
de gusanos molidos.

En esas aguas de la inocencia
vi a las culpas con sus gemidos
dejar infinitos calambres,
por los eléctricos bustos bestiales,
que levantan polvos que ciegan
los bellos pulsos del caminante.

Y la balanza se inclina injusticia
porque lleva la venda en los ojos,
y reparte en la fe de su estela…

¡Mírame!, diosa del rumbo.
Si consigues sostener la mirada
bajaré mi párpado adusto,
pues sabré del poder de tu espada
que amenaza de muerte al injusto.

Pensaré en la bella que amaba
durmiente esperando aquel beso,
yo seré ese príncipe alegre
que te bese y despierte tu mundo,
para ir a los altos parajes
donde fuimos otrora difuntos.​

 

Que fuerza tienen tus versos amigo Orfelulio, son una ráfaga de amor, desprecio, misterio y melancolía, gracias por regalarnos este hermoso poema, saludos y un fuerte abrazo, desde Sangolquí cerca de Quito.
Ramiro Ponce.

 

Muchas gracias por el comentario, Ramiro. Un abrazo