Bel canto

Como un ascua de luz hecha balada,

como un gemir del corazón del viento,

como un suspiro alzado a pensamiento,

como un lamento sobre la nevada.


Un éxtasis del alma enajenada,

cautivada en el timbre de un acento,

transportada al alcázar del momento

en que expira la voz enamorada.


¿Cómo olvidar la “Casta diva” en Norma

modulada por Callas, la Divina,

a Kraus en Werther, estertor romántico,


de Turandot, solemne, “Nessun dorma”,

Pavarotti, o “Che gelida manina”,

cuando el hervor del pecho se hace cántico?

 

Bello homenaje a la opera Francisco, a las sensaciones que despierta y a quienes han sido leyenda.
Saludos Poeta y Buen Día

 

Muchas gracias, Valen-Tina, tú siempre tan amable.
Saludos.

 

Magnífico soneto estimado, Francisco.
De los momentos más bellos y emocionantes que he vivido, podría rescatar una representación de Madame Buterfly, de Pucini en el Liceo de Barcelona.
Aplausos, maestro.

 

Muchas gracias, Luis. Somos muchos los que, afortunadamente, amamos el canto y amamos la Ópera. Para mí ha sido media vida, y lamento que en España resulte tan complicado y caro el acceso a ella en vivo y en directo. Yo aquí en Madrid hace tiempo que tiré la toalla: el Real está concebido para realce de la familia real - el palco real ocupa unas diez butacas de ancho por tres plantas de alto, y casi siempre está vacío -, y el resto se va en butacas reservadas para la clase política y la alta burguesía. Para el aficionado de clase media quedan solo descartes o asientos con escasa o nula visibilidad. Así que nos resignamos con los discos o las escasísimas sesiones de compañías privadas de menores medios y peor calidad. Un desastre. Fuera de España no he tenido estos problemas, he asistido a la Ópera en París, San Petersburgo, Cracovia y hasta en Tallin sin dificultad. Pero en Madrid ...
No obstante la afición perdura en mí como puede ... y se mantiene viva.
Un abrazo.

 

Mi hija pequeña es pianista (actualmente trabaja en la escuela de Música, Maestro Barbieri en Madrid). De pequeña nos aconsejaron que fuésemos a conciertos y óperas, para que tuviera la máxima cultura musical; yo me enamoré de esa música a la par que ella.
En el Liceo estuvimos al poco de su restauración, y gracias a un amigo del banco de Santander que nos consiguió un palco. Como te digo fue algo inolvidable.
Un abrazo, maestro.

 

Es un gran honor y un enorme placer. Gracias, Mamen, a ti y a Mundopoesía.
Gracias