Botella

BOTELLA

Hay una botella tibia
que se duerme hasta entre 10 ramas temblorosas;
hay una sombra en la berma,
parecida a una VIDȺ
o al temor de nuestro sin rumbo,
que está izando
el vítreo pabellón que galardona sus derrotas,
como si implorase, sin querer queriendo
a Baco
retirar su castigo.
Y hay también un intercambio de mucho vacío
por un pedazo de sopor,
una mala suerte de hemorragia
o transfusión sanguínea mutua
entre el fracaso y el vino.
Y nos detendremos un rato,
porque sabremos que,
desde su perspectiva,
tal vez,
seamos nosotros las sombras.
Más tarde
confirmaremos que
la única diferencia entre una lágrima y una botella
es que esta última tarda una eternidad en fluir.