Bucólico 6

El salto del pastor canario, la huella del tiempo.

Mi poeta es un pastor, es un cabrero,
conoce los secretos de las fuentes,
de la tierra, las aves, y los montes,
domina los barrancos que desciende
y confiando en su palo se alza en vuelo
seguro en lo inseguro de su suerte.

De risco en risco, danzan sus cabras
en mágicas cabriolas descendentes
hasta el lecho profundo del barranco,
paraíso secreto entre vergeles
y allí, bajo castaños y morales,
siente como un hechizo que le envuelve,
grita y convoca al eco con sus versos,
mas el eco con otros le sorprende.

Contempla de la hierba fascinado,
el suave movimiento que la mece.
Vuela un pinzón azul hasta su mano
confiando en el pastor que le protege
Regresa con el brillo en la mirada
a pesar del cansancio que le duele.

Mi poeta es un pastor, es un cabrero,
conoce los secretos de las fuentes.​

 

Creo querido Lesmo, creo que cuando escribimos hay una mezcla conocida y otra amalgama de versos que nos brotan de tanta y tantas lecturas acumuladas en nuestra mente...eso, unido al sentimiento del paisaje real mas el imaginado ...
Gracias por todo ese entusiasmo luminoso que das a la poesía.
Un abrazo.
Isabel.

 

¡Qué bueno encontrarme contigo que has experimentado al andar por esos paradisiacos lugares; algo que parece mágico, sabes que decían de la isla de San Borondon,(esa isla que aparecía y desaparecía) que los,pajaros eran así de mansos, yo creo que hablaban de nuestros pinzones.
Estos barrancos que reciben agua constantemente, agua cristalina que se filtra desde los altos montes, que se desliza, a veces en cascada por sus laderas, aumentado su belleza, son verdaderos vergeles, como paraísos perdidos. En cuanto a su magia, si lees Canarias Mágica, veras cuantas leyendas encierran (como en el barranco de Badajoz en Tenerife ) yo lo he experimentado, pareciera como si de lo altos riscos nos obsevaran y de vez en cuando nos lanzaran piedrecillas advirtiéndonos. A veces, una ráfaga de viento nos envuelve sin saber de donde viene y se percibe un cierto rumor como de voces...como si unos espíritus de la naturaleza guardaran esos parajes y nos vigilaran ... Es un sentimiento común que han manisfestado los visitantes del lugar y que aumenta en las experiencias de los que se atreven a hacer noche allí. No se si las has leído, son parte de esas leyendas.
Gracias, Javi, me conforta mucho la visita de un canario de adopción.
Un abrazo grande, amigo.
Isabel.