Cenizas

En medio de las cenizas que hicieron esta noche fría, de aquella fogata que dejo de arder.

Voy dibujando figuras añorando tu voz,
las disperso sobre el suelo,
las extiendo y vuelvo a recoger.

¿Como es que aun mis venas por ti sienten fuego?. . .

Si tú no estás aquí. . .

Si no hay incendio que se vuelva a encender.

Tú. . . Te vas.

Yo. . . sin poderte detener.

Te llevas las llamaradas de mi haber,
quemando toda paz. . .

Pero. .
me niego a rendirme,
a renunciar,
a retroceder.

Este calor solo duerme y del todo no se va,
esta resignación que en definitiva no quiere llegar.

He de enviarte este amor apasionado hasta donde mis pasos no pueden volar.

Y. . .

Cuando al fin añores que ardan tus penas
y se sienta frió tu ser,
sé que recordaras nuestra hoguera
y hasta mi fuego, tú, querrás volver.​

O por lo menos. . . Como siempre. . . Eso espero.

Hasta entonces viviré estas heladas noches, hasta al fin volverte a ver.


​

 

Hermosa melancolía...un placer leerte.

 

Cenizas que todavía tienen fuego escondido, triste, es una forma de aceptar la despedida pero aún así seguir esperando un regreso...

Ouch, este poema duele, pero las cosas, hasta las más difíciles pueden dar giros increíbles.

Un placer volver a leerte, Eve; tan apacible en expresiones, pero tan intensa en sentires.

Todas las estrellas y un abrazo.

 

Buenos versos. Hay veces que las cenizas han de resugir a un fénix, y otras no más que se extinguen.
Un saludete de Samuel.

 

Añoranzas que hacen escribir bellos versos como los que leo y disfruto, ha sido grato leerte en esta tarde de domingo, un saludo cordial.