Cielos violáceos.

En una noche violeta, tu locura desborda en lágrimas.
El suave canto se halla lejos de mí.
A la luz de la noche mi alma se agita buscándote.
Me has dicho; - "¿Prefieres mi cuerpo o mi alma?
Lo cual respondí; " Tu cuerpo, el alma eterna la dejaré para otra vida."
Un puñal dentro de una flor azulada, puedo ver tu reflejo sobre espejos rotos.
Tu cálida sonrisa, apagó su figura.
Y las aves desplumadas caen muertas por el frío invierno.
Las palabras son sólo momentáneas, las lágrimas que caen sólo borran los recuerdos de una noche fresca.
Cierro los ojos húmedos y puedo sentir el ardor de unos labios de ensueño.
Tus palmas junto a las mías bailan las suaves melodías de una tarde gris.
Un encuentro sublime,
buscandote embriagado por sombras en la pared, se diluyen.
Y sólo mi amor se abre como ventanales al mundo exterior, a un hermoso jardín.
Con rosas azuladas y cielos violáceos.
Tu eterno amor cae en forma de pétalos sobre mí.
Tu eterno amor baila junto a mi vejez.
Cierro los ojos y veo tu rojizo rostro dormir eternamente cerca a mí. Suspiró.

 

La imagen del penúltimo verso está bien.