Cinismo

En una ola de descaro sin límite,
donde la señorita a toda prudencia ha decidido abandonar:

Se desata la desvergüenza,
la sinceridad burlona y el sarcasmo barato,

Se esgrimen las palabras,
se tiran cual si fueran platos
y las bromas pesadas hacen piruetas y desbaratos.
​

¿Que si es sensible quien habla?. . . Dudas todas hay al respecto.

¿Por qué será que no aprendo y me callo de una vez y por completo?

No hay control ni censura,
solo hay risa y mucha locura.

La boca se abre y todo sale,
no hay tiempo perfecto,
ni mucho menos un remordimiento concreto.

Es un incandescente rio que surge
y se lanza por doquier,
sin oficio ni beneficio,
sin objetivo pero si mucho placer.

(Mentiría al decir, que no disfruto esa sensación de descaro sin fin.)

Es la algarabía de una apagada melancolía
que se convierte en insensatez,
olvidando toda regla
y lo poco que sabía de ser una persona cortes.

​

No importa la ocasión,
ni la distinción,
mucho menos el ofrecimiento.

Simplemente viene el comentario
y aunque digan que las palabras se las lleva el viento,
cuando son dichas libres de cualquier atadura,
rasguñan antes de desaparecer,
asaltando a cada incauto con premura.

¿Quien dice que una frase no pueda herir o matar al parecer?​

¿Es chiste, promiscuidad o simple elocuencia?

Aun no se sabe y tampoco creo haya mucha diferencia.
​

Es solo el estado explosivo y delirante
que se ciñe avasallante
sobre un alma que se inquieta por exceso de sentimiento
que solo añora en su estado desbordante,
un sencillo y calmante adormecimiento.

Convirtiéndose así el deseo confinado
en ejecutor insensible y desbocado,
de una mente que se exhibe sin pecado.

​

Frases,
comentarios,
historias o poemas,
indirectas muy directas,
canciones sin melodía hecha.

Sarcasmo,
ironías blancas,
como olvidar las sintonías poco castas
dolorosas pero chistosas,
a las malsanas y propagadas bromas
que a todos hacen risa,
menos de quien se burlan con sorna.


Sutileza abandonada en los brazos de una experiencia pactada.
​

Silencio. . .
Oh! tu sabio converso,
acude a esta loca confesa,
acalla mis maldades
y mis cruentos versos,
devuélveme la paz al alma
para que ya no solo hablen mis huesos.

 

Fuerte comae, muy fuerte, el recorrer tus versos me hizo sentirme identificado con lo que dices en algunos días, el sentir y decir las cosas a veces es necesario, es como una valvula de escape a la locura de la tolerancía excesiva. Me ha dado mucho gusto recorrer tus versos. Bendiciones y estrellas.

 

Hermoso, a mí me parece precioso, muy bello.

 

A las palabras no se las lleva el viento, de eso se puede estar seguro.

 

Las palabras son hechos.

OCTAVIO PAZ

 

¡Epaaa! ¡Tremenda catarsis emocional!
Emocionada he quedado, porque he sentido el sutil golpear de la forma apasionada y liberan-te con que escribiste estos versos.

 

Es como una agonía burlesca, en donde la noción de la realidad te deja en un trance, donde las lamentaciones son reemplazadas por ironías o locas risas, en el fondo dolorosas.

No te guardes nada, chica. La locura muchas veces es sana.

Una prosa que me gustó en demasía, como la catarsis de tus emociones desvestidas de una forma inusual.

Disfruté leerte, Eve; publicas de nuez en vez, pero... ¡cuando lo haces te luces!

Estrellas y felicitaciones.

 

La palabra muchas veces puede ser incontenible y a su vez; ser miel o veneno, de todas formas toca "vomitar" lo que se siente. Todo un placer pasar por estas letras llenas de espontaneidad, saludos y estrellas!