Como

¡Cómo tiemblan mis manos!, ¡cómo busco tu nombre!
más allá de mis labios, más acá del destino;
como un grito sin voz, cautivo de la noche,
cual frágil mariposa, vuelas hacia el olvido.

Como para abrazarte mi corazón te busca,
como para olvidarte, pretende que te niega
y en un febril binomio de olvidos y locuras
paseas por mis noches; apagas las estrellas.

Como pan de infortunio con hambre desolada
y bebo la reserva del año en que partiste
en esta copa rota que alguna vez fue mi alma.

Como para guardarte te visto de nostalgia
y arropo tu recuerdo junto a mis días grises;
¡cómo tiembla mi noche al filo de tus alas!

- Javier

 

Melancólicos alejandrinos, Javier. Vibran al leerlos. Gracias por compartir tu talento.
Un abrazo.

 

¡Qué bien distribuyes las tildes, poeta! Me refiero a esos "comos" tan distintos en su naturaleza morfológica.
Por lo demás me parece un poema de significativa intensidad.
¡Bravo, poeta!

Un abrazo hasta tu costa oeste mexicana.

 

Precioso poema de unas hermosas pinceladas cargadas de nostalgia y belleza. Tienes una pluma muy linda, poeta Javier. Uno llega a tus letras y sabe que va a leer un poema de alta calidad. Mis felicitaciones a tu buen hacer. Aplausos!!
Saludos con respeto y cordialidad.
Azalea.

 

Muchisimas gracias, Angelcesar, por pasar e inaugurar mis versos.

Saludos

Javier

 

Vicente,

Un honor que te hayan agradado estos versos. Empezó como un ejercicio de gramática y terminó siendo un poema. Así de caprichosas son las letras a veces.

Saludos

Javier

 

B

Precioso poema una vez más. Y gracias por los consejos capo.

Un cordial saludo.

 

Hola Javier, solo te diré ¡chapó!
Un placer leerte.
Paco

 

Hola mi gran amigo del amor y los desencuentros. Como me identifico con estos alejandrinos te dejo uno de mis poemas, que gano una copa, con un gran abrazo.
Desde Argentina con sol pero con mi alma triste.-


¡¡ DONDE MUERE LA TARDE!!


Donde muere la tarde, morirán los anhelos,
porque quiero arrancarlos de mi pecho dolido,
porque quiebras mi risa, me empujas al olvido,
donde muere la noche morirán mis desvelos.

Contigo son nostalgias, que atormentan mis cielos
contigo son tristezas, son penas al descuido,
insensata cordura, seca el llanto abatido,
me pierdo miserable, soy pena sin consuelos.

Me alejo de tu vida por siempre y muy callada
no me verás lo juro, me iré con mi tormento.
Como muere la tarde, una pobre alborada.

Como una dalia negra perdida y desolada,
donde mueren ausencias, se muere lo que siento
adagio y remolino secuencia acobardada.

Te dejo liberada.
Del tiempo que me diste, me alejo agradecida,
sin esperar que digas: te extrañaré mi druida.

 

Lenta, agónica y bella forma de invocar un olvido.
Un abrazo, Javier.

 

Muy buenos y sonoros alejandrinos en rima asonante
un abrazo

 

Precioso poema alejandrino. Siempre es un placer leerte. Un fuerte abrazo.
Miguel