Condenado cíclico

Tengo a la muerte en mi regazo
su esqueleto con sonrisa de hoz
yace como una blasfemia de bosque
y de sus huesos de horca
aún resuenan los grilletes del pagano.
Noche.
En las meditaciones del alquimista
una copa vierte sangre
como residuo de doncella
como horror pintado de pantano.
Un nigromante titiritero
ríe
de sus manos vuelan cuervos
buscando tus ojos...​

 

Hermosura divina de letras sobresalientes de inspiración magnífica.

 

Macabro ambiente mi amigo, pero muy bien escrito con el arte de la poética
Un abrazo fuerte

 

Me suena como a los despojos
resultante de algún ritual oscuro.
Las horas letárgicas después del aquelarre
donde se cobran los excesos
cuando ya no es posible resistir.
Un gusto pasar.
Saludos.​

 

El trabajo divino de la publicación maravillosa, suprema inspiración.