Cuando ayer

Cuando todo era alegría
en la inquieta infancia mía
de aquel tiempo sin igual;
cuando, sin sufrir por nada,
la inocencia inmaculada
engordaba en mi morral.

Con el juego y las canciones
siempre a flor, las decepciones
como un cuento de terror
que te espanta si lo escuchas,
pero, ¿existe? ¡No!, son muchas
las veredas del amor.

La mirada abierta y franca,
sin recelos; siempre blanca
la manera de pensar,
y una fiel, débil tristeza
que era musa en la cabeza
pero nunca hacía llorar.

Y viviendo aquella hermosa,
tierna vida venturosa
en la dicha y el placer,
y el dolor que si venía
en su lucha entretenía,
porque siempre iba a perder.

Con la vida por delante,
vigoroso caminante
de la dicha por el riel
una vida larga y plena,
de esperanza el alma llena
y el amor a flor de piel...
-o0o-
...¡Hoy, que todo se ha marchado,
hoy que solo me he quedado
me pregunto! ¿Para qué?...
¿Para qué seguir viviendo?
¿Para qué seguir sufriendo
si ya todo se me fue?...

 

... me dejaste un nudo en la garganta, ¿sabías? Porque más allá del ritmo que tienen tus versos, más allá de las palabras esta ese sentimiento del pasado que se va, de todo lo que ya no va a volver y del dolor que eso causa. ¿Para qué seguir viviendo? ¡Por el futuro! Porque siempre queda algo a lo que aferrarnos, y siempre queda algo por lo que seguir luchando. +
Que el pasado sea el recuerdo que te de la fuerza para hacer del presente un pasado digno de recordar, y que ambos te sirvan de guía para el futuro.
Un abrazo.

 

Letra a letra se trasluce el sentimiento de tristeza, y de una manera tan perfecta que me hace recordar la famosa "Sonatina" de Rubén Darío. Y coincido con Helen, excelente ritmo del poema, muy bien lograda la cadencia que le da ese melodía que se escucha al leerlo en voz alta.
Del tema hay poco que pueda decirte... el poema habla por sí solo, de la tristeza por las cosas pasadas, de los recuerdos amados de tiempos mejores y finaliza brillantemente con la interrogante de "¿Para qué seguir viviendo?" que es reclamo del corazón cuando se ha perdido todo y ya no queda ni siquiera la esperanza.
¡Bravo! Un excelente poema.
Un gusto haberlo leído
Gustavo