¿Cuándo escribo?

Escribo cuando

estoy entero,

aunque también me ha tocado

tener ganas de hacerlo

cuando estoy roto.


Escribo cuando

no me quedan oportunidades,

fuera del papel,

para acabar con algo,

y sólo queda

desahogarme

en soledad.


Escribo cuando no pasa nada;

cuando pasa todo;

cuando no pudo pasar.


Pero,

sobre todo,

escribo cuando

no es suficiente

vivir una vez.

 

Yo escribo cuando quiero ser profesor.
Je, je, je.
Soy así de cabrón.
Pero luego, en la calle, tener alumnos no me gusta.
Me dan un poco de miedo. ¿ Qué les digo ? ¡ Eh, vosotros, arrodillaos ante mí !


Uff, no sé qué harán conmigo. Mejor, cierro el pico y me escondo.

 

Pasa que, a veces, se quiere enseñar lo que uno prueba en carne propia, si es a lo que te refieres. Yo no lo hago porque, cuando escribo, descubro que no puedo decir nada que se sostenga por sí solo. Me limito a pasarla bien.