Cuentos piramidales.

Estás muy viejo, y el espejo te devuelve tu sonrisa, que va a Misa.
Sales en las Sagradas Escrituras y gozas de primogenitura.
¡ Oh, criatura humilde ! Tus pelos de punta parecen un acento, sobre la palabra. Una tilde.
Traes tesoros escondidos, en los cofres enterrados y diseminados por la isla desierta más lejana.


No son tuyos. Sino míos.


Me señalas; me disparas una bala; pero no me cala hondamente.
No perforará mi mente. Soy un personaje serio y excelente.
Pero al hablar bien de mí mismo, me enfrío.
Y me quedo a medio camino entre el Bien y el Mal. No soy ya, tu padre, sino tu tío.


No me quieres... ¡ Ven a jugar ! Me lanzas bolas de nieve y te ríes.


¡ Somos uno y trino !
Pan y vino.
Creador, Creación y Memoria...
Pirámide egipcia. Equis que se manifiesta en cuatro caras triangulares, y un cuadrado.





Infancia, adolescencia, Juventud y madurez. Y de la base, sus cuatro esquinas:


Economía, ecología, psicología y psicointegración.
Para la reunión verosímil de todos los proyectos que convergen en una sola idea.
Y para la adecuación de todos los detalles, dentro del mismo cuadro al óleo.
Psicointegración...


Memoria. Así lo veo yo, hijo mío.

 

Elegía cuadrada de padre a hijo conteniendo un hexágono en su interior sobre lo cual asienta una pirámide cuadricular de aspecto Egipcio , .... no lo entendí bien pero me fascinó el relato, .... gracias amigo

 

¿ Hexágono ? Yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos. Supongo. Gracias por su visita, amigo. Este poema tiene ritmo.