Dan miedo.

Dan miedo por las noches.
Y en la neblina y en la inocencia marchita, calor interrumpido.
Dan miedo en todas las oscuridades, la de la casa, la de mi sombra, la del closet.
Dan miedo aquí y allá, en la alacena.
Y se meten en tus oídos y los llevas en los hombros y en la boca.
Temes que estén en tú hogar que es donde habitan.
Tú casa, tú seguridad y tu alcoba es invadida y solo hay pánico, nada más puede haber.
Te sientas despacio, como el atardecer de sol, y te pones a recapitular el miedo.
Te preguntas cuándo y por qué y cómo, te pregustas una y otra vez.
Te preguntas si en verdad estaban en tú casa y si tú los invitaste.
Te preguntas cuantos son y cuantos faltan y cuantos han de llegar.
Empiezas entonces a sentir un calambre que corre por tú pierna, pasa por tú espina dorsal y se aloja, finalmente, en tú cabeza hueca y miedosa.
Sabes que fuiste tú y tú y nadie más que tú, tú responsable, tú hospedero, tú miedo, tú imbécil.
Tú con tú carga y tus penas y tus locuras y tus deudas y tus hijos, tú con lo mucho que los invitaste.
Se te olvidaba que eran tus amigos y parientes, se te olvidaba que los invocaste.
Y están ahí siempre, sin cesar, sin darte espacio ni calma, sin darte cordura ni razón.
Se meten lentamente por tus dedos y te hacen elegir y pensar y decidir, pero no eres tú quien decide, es el miedo.
Dan miedo, es cierto, dan pavor y quitan más que la seguridad.
Se abalanzan en papeletas como motivados por el viento, y se aferran al esqueleto y al hueso y al tuétano, y maman, maman, maman y maman eternamente y sin pudor.
Se van quedando los años y los años, los ves salir y entrar de nuevo y morirse y renacer, como si fueran clones unos de otros, como si no se cansaran nunca de mamar y de chuparte la sangre y el cerebro.
Se van luego a Dublín o a otros lugares dónde no den tanto miedo, se van con ruido y amenazando volver, se van todavía mamando y chillando.
Y dan miedo, dan miedo siempre en la tele y en los parques y en la estupidez.
Dan miedo en la ignorancia y en el despotismo y en la lujuria y son el coco de los niños y el que viene a estar con tú familia.
Dan miedo a los tres, a los cuatro, a los seis años.
Dan miedo en sus juramentos y promesas de amor, de progreso, de condena.
Dan miedo por que no pueden hacer otra cosa más que dar miedo, solo no saben hacer más, solamente te espantan en la mañana y en el campo y en la ciudad.
Te piden tanto y tanto y te amedrentan y te callan y te matan y te roban.
Te siguen dando miedo en las calles y en tu salud y en tus impuestos.
Los impuestos, siempre impuestos una y otra vez, en la misma silla y en la misma mesa y en la misma casa.
Los eternos, los que siempre están pastando del miedo y del dolor, los simbiontes del hambre y la traición y el espanto.
Dan miedo a tú mujer y a tú marido y tus hijos.
Dan miedo como los implantes, como las prótesis de la miseria y la esperanza.
Y están en la escuela y en la radio y en el dinero, están en tus células y tú miseria.
Son el parásito, la sanguijuela de la sociedad, son el fantasma petulante y engreído que habla en burgués y de esperanzas y de sueños, que te roban, como te roban el alma.
Se van soñando un mundo, soñándolo y acabándolo, se van dando miedo ti y a mi y a todos, siempre dando miedo.

 

Buen poema de crítica social amigo Eduardo, más que ellos mismos lo que da miedo es el sistema frágil y vulnerable, manipulable y manipulado porque dentro de todos los escalones sociales y politicos existe esta conducta que muchos han convertido en un estilo de vida; la corrupción.
Pero todos somos responsables de este mal, desde el conductor que irresponsablemente maneja y luego quiere evadirse dando la mordida, hasta el más alto politico manejando el presupuesto fraudulentamente.
Es una cuestión de educación, creo que debemos comprender que un pais como mexico fué arbitrariamente manejado por un partido dictatorial y autoritario por muchísimos años, y esto no es sólo decir que hacian lo que querian, detras de ellos había toda una maquinaria de intereses creados, propagandismo y lavado de cerebro al estilo comunista. Aún hoy hay personas que te dicen, y realmente lo creen, que el sistema educativo mexicano es mejor que el norteamericano, todavia es común escuchar historias del robo de texas y de el vendido de santa anna. La ignorancia es la mejor forma de control, nada se dice de el gran triunfo mexicano sobre los franceses y la influencia que los estados unidos pusieron a favor de mexico teniendo practicamente todo un ejercito listo para apoyar a benito juarez, ante esto los franceses simplemente "decidieron" retirarse del pais, pero esto no lo encontraras en los libros porque esa no es la imagen que al gobierno le conviene de los estados unidos. Disculpa que me alargara tanto pero sólo queria apoyar tu idea, y como alguien dijo por ahí: "Amo demaciado a mi pais como para ser nacionalista".
Un abrazo.
Alaric.

 

Es bueno entablar disertaciones sobre todo esto que llamamos realidad. Gracias por tus palabras