Debes saberlo

Sì supieras que no tengo motivos,
una tarde de otoño
los perdí,
era de tu mirada un cautivo,
única razón de mi frenesí.

Que insípida que es la vida
sin la sal de tu sonrisa,
como una mar desabrida,
como el mar sin la brisa.

Si supieran como cantan
las voces en mi silencio,
cuando me rondas la mente
y como un milagro presenció
tu imagen ahora ausente.

Si supieras, reina mía,
que por ti retorna la alegría,
sé que nunca más te irías,
espero volver a verte....
​

 

Verso tras verso... el lirismo del poema crece, y toda la sensibilidad del que ama
se plasman en sus letras. Bello y delicioso sentir. Un placer reencontrarlo estimado
poeta. Mis saludos fraternos como siempre.

 

Hola mi estimado Ivan, también es un gusto para mi volver a leerte después de meses de ausencia. Gracias por tu apreciación y un abrazo.

 

Gracias mi estimada Mar, el placer es mio el de tu visita. Un abrazo muy cordial