Dedicatoria II

“… Sus manos enseñaban a amar a los lirios y sus sienes a desear el oro de las estrellas. …” Los desposados de la muerte _ PORFIRIO BARBA JACOB
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Para que entiendas que soy tu cómplice,
él que muere por vos,
él que te adora.

¡No lo niegues!

Que, de antemano, quiero
quererte como se quiere al aire.

No permitas olvidos
ni mentiras
ni promesas
ni oblongos sacrilegios en tu piel.

¡No claudiques!

Sólo piensa en mí …
… y ámame.

Y, nuevamente,
piensa en mí …
… y ámame.

No permitas
que se te curta el alma.


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