Deje.

Dejé que se fuera esa hoja
que perseguía en el parque,
dejé de mirar ese aparador
y querer atravesar el vidrio,
y de gritarle a la nada.

dejé de derramar esas gotas
amargas del limón,
que me apretaban
las cobijas por las noche,
dejé de peinar mi cabello
después de que el viento lo desarreglara.

Pero no he dejado de pensar en ti.

Jaime

 

nunca dejes a la esperanza, hasta alcanzarla.

 

correr tras ella es algo que no me cansa.

saludos.

 

hay ocasiones en que la palabra empeñada vale tanto que despues de lo que pasa en la vida, si uno deja de pensarle en quien se le empeño, serìa tanto como traicionarse a uno mismo

me gusta mucho Jaime, si

un abrazo fuerte

 

me gusta mucho salu2

 

gracias por leerme

 

Hola, que bien, sigue pensando, pensando, pensando sempre en ti.
Saludos
¡SONRIE!

 

Se pueden quitar las manias y costumbres, pero arrancar el amor del corazón no se logra tan fácilmente. Hermoso poema.
Estrellas y besos

 

gracias por leerme


carpe diem