Deseo

En el silencio,
un dejo de lluvia empapa tus sienes.

La soledad,
quizás, sea eso mismo que se silencia
todos los días de lluvia.

Soledad, silencio…

Entrecortada queda la voz
al pronunciar palabras
que acostumbran a herir
el fondo límpido de estos ojos
donde la luz
perpetua el deseo de propagarse.

Recia mirada de niña,
extraviadas pupilas que no cesan
de reinventar su párvula existencia
a las afueras del espejo.

A fuerza de rocíos conserva el alba su tersura.

Y te abres a la vida.
Y todo se aviene al misterio de tu desnudez,
al enigma de tu piel que, ya, es deseo
al despuntar el día.

 

"A fuerza de rocíos conserva el alba su tersura."


Aunque solamente fuera por esa imagen, ya merecería la pena leerlo.

Bien, Colinas, muy bien.

Un abrazo

Luis

 

Precioso de principio a fin...

un beso.

 

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Nuevamente me dejo caer por las colinas de tus versos. Esta vez me permiten deslizarme en los andariveles del Deseo. ¡Qué belleza, Compañero!.

Un gran abrazo.

 

Querido Luis me abrumas. ¿Sabes?, precisamente ese verso me ocasionaba ciertas dudas en cuanto a que me sonaba un poco fuera de lugar, pero si tú maestro, has decidido que debe estar ahí, precisamente, mis dudas se esfuman ipso facto.

Mil gracias compañero

 

Guapísima amiga Scarlata. Tengo que decirte que te estoy leyendo y, hasta ahora, me está causando una inmejorable impresión tus obras; creo que tenemos mucho en común en cuanto a la forma de percibir la poesía.

Gracias por leerme amiga.

 

Queridísima Ciela, aunque tú no tienes foto debes ser espectacular. Tan solo necesitas para esto, ser una parte de hermosa por afuera de toda la hermosura que llevas por adentro.
Tengo que darte las gracias por este regalo que me adorna con el que tú muy gentilmente me obsequiaste para que me sintiera más arropado.
Me alegro que te guste, para mi ya es suficiente recompensa.

Miles de besos para mi amiga.

 

Me abrumas a mi tú ahora...yo no soy maestro de nada...nunca...solamente di rienda a mi sentir, como hago cuando escribo, a mi intuición a mi capacidad -la poca que me queda- imitativa, empática, casi adivinatoria. Maestro de nada y de nadie, nunca.

Un saludo y gracias, por contestarme.

Luis

 

Muy bueno amigo...de los mejores del portal...

 

Creo que la palabra precioso, no es suficiente para este poema, que voy a trasladar al barrio de la magia.

 

Me volvió a encantar... hoy estoy releyendo... y te tocó a ti, amigo.

Un besote.

 

Exquisito poema .....estos versos son uvas de septiembre dispuestas a ser cortadas...maravilloso. No te conocía, un saludo, Isaac Cuende.