Desgarro interior-.

Cuando ni el amor sirve

ni el afecto fraternal sirve

ni las matemáticas o la filosofía ayudan

ni los faros de los coches alumbran lo suficiente

ni las terrazas, con su aforo multiplicado por el puente,

desgarrándose a plena luz del día, como una melena

rubia adolescente, cuando la dureza de la vida y su idea

convertida en imagen solamente, no sirven para soportarla, es entonces

que escribo y escribo, no importa demasiado el qué ni para quién,

aunque todo parte de un recuerdo.

Escribo cuando me derrumbo, cosa que suele suceder

a menudo, como verán, fácilmente

construyo palacios de papel en el váter de las cafeterías

y los bares, en las esquinas concurridas y en las más

desérticas estaciones. Los techos se me desvanecen,

los tiros del campo contra los conejos desaparecen,

y las argucias del cielo para enaltecerse, se me meten entre los ojos y la frente,

mientras compro mis ambiciones y deambulo por los claustros

desvencijados.



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Tal vez escribir y pincelar con poesía ,es aliviar y alimentar la propia vida...muy grato leer tu poema BEN..bn fin de semana y mis deseos de buena salud

 

Gracias amigo Viajero, el viento trae aleteos de mariposa y efectos de dominó concupiscentes, un abrazo y mi gratitud!!

 

Gran parte de la humanidad compartimos ese sentir Ben. El expresarlo creo es como dicen un cable a tierra que ayuda a seguir. Me gusta mucho tu poema. Te dejo un abrazo y que pases un lindo domingo.

 

Gracias Laly, un abrazo pues, de domingo a domingo!!

 

Yo creo que la mayoría de los poemas nacen de ese desgarro que nos
convoca a desquitarnos con la pluma, (llámese teclado) y a dejar que
salga ese monstruo interno que nos ahoga, de allí nacen poemas de
trascendencia y profunda emotividad, como éste que nos traes hoy.
Gracias por compartirlo Ben, placer inmenso leerte. Besitos por miles
en tus mejillas.

 

Muchas gracias Ana, un abrazo fuerte!!