Desolación

Bebí, sediento, en viejas vasijas
el vino corrosivo de la locura,
tropezando en el ballet violento
de la vida, luchando con bravura.

Malherido, entre andrajos, vi volar
palomas tétricas y agoreras
sobre un mundo agonizante y perdido
en una despechada paz guerrera.

Caballos soleados que relinchan
en praderas de nieve negra.
Arcoíris destartalados matan
la esperanza, e imponen la condena.

Lo reconozco: ¡sí, soy culpable!
Soy culpable de ser hombre
moldeado con barro imperfecto
en las candelas fugitivas del ocaso.

 

Un personal "sentir" en un poema realmente profundo y lleno
de esa impronta tan personal que... por sus hechos nos conmueve.
Cordialmente:

 

Gracias por tu comentario, Iván. Me alegro de que te conmoviera el poema, es imposible no sentirse a veces "desolado" ante todo el sufrimiento y locura que nos rodea.

 

Se lee pausado. es de esos poemas que secdeben releer y mascar cada detalle de cada metáfora que dejas. ese vacío, desolación e impotencia quueda marcado, pero también la cordura , la lucha, el caer y levantarse de nuevo a pesar de estar ttal vez muerto en vida,
Lo bueno del ser humano es esa imperfección, que es, la que nos hace humanos. La vida nos condena muchas veces, nos mata las primaveras. Tus letras tienen mucho para escudriñar,.
Es un buen poema, con un buen lenguaje, con metáforas muy visuales y muy buenas.
Un saludo

 

Hola, @ONICE. Gracias por pasarte y dejar tu atento comentario. Celebro que te gustara el poema. En este caso, lo compuse en uno de esos días de "desolación" que todos sufrimos de vez en cuando. Aunque no seamos más que barro imperfecto cada vez más cerca del ocaso, es esa imperfección, como bien dices, la que nos vuelve humanos.

Un saludo de vuelta para ti