Desvío

Lo mejor de los pasillos
son sus salidas
nuevas, abiertas, inquietantes...
Que duros resultan los esfuerzos,
vano ogro con aspas,
de encontrar sueños en instantes
tan rebeldes, tan infantes, tan hermosos...
Se cruza poco a poco, al compás,
con sinfonía de tambores,
y luz de sonrisa de mellado mocoso.
Y es que, la verdad, hay puertas
abiertas, cerradas, olvidadas en cajones,
pasadizos tan hablados y secretos
que desembocan en aires sin tierra,
en nuevos mundos, colgados del estante,
sin sentido, ni leyes ni amo.
Esos mundos de pasarela,
se confunden, ya ves, con el disparate.
Yo digo, viva! Animo señor loco!
Ya queda poco para llegar a la meta,
se acabó la ilusión del triunfante.
Hay muchos umbrales al abasto
como para seguir al amparo de la norma,
el desvío siempre es más emocionante,
descubrir migajas en senderos,
o jugar con la luna y apostarse las estrellas.