Día XXX

Rocío, al verte dormida tengo la certeza
de que el primer caníbal que existió
fue por morder un rostro similar al tuyo.
Tan blanca es tu piel que mirarte ya es viajar y crecer.

Un melón y una sandía en tus mejillas,
tu cuerpo de arroz y amor es liviano
y vaga confundido en el infinito,
sos también una pluma enamorada del viento.
Pero tu sueño es pesado,
duermes como si vivieses cansada del día a día,
cansada de amamantar a licantropos enternecidos.

Hace unas horas te miraba hablar
se te caían las palabras por la comisura derecha,
es lo más cercano a una explosión de estrellas
cuando tu labio superior derecho pierde gravedad
y besa al labio inferior derecho. Te besas y yo al tiempo,
y yo a la vida la detendría ahí mismo.

Sos tan hermosa, no perteneces a la humanidad visible,
te quiero tanto y muy libre de ser querido te deseo mil efímeras eternidades
con sus diez mil risas, verdades, mentiras, sexos y besos,
aunque a veces es falso y solo deseo una vida larga y mortal a tu lado.

Dormida eres Paz.
Rocío María hasta tu nombre es referencial al bien que entregas sin nada entregar.
¿Cual será el norte para tus lunares?
¿Cual es el instante mismo en que las libélulas vuelven a tus ojos?
No te quiero despertar, no quiero que vuelvas a la realidad.
Duerme, que dormida a los dragones y a las palomas
yo voy a ahuyentar, callar, cambiarle de soledad.

 

Romantiquísima mirada en la oblación de tus versos amigo...
Grato siempre leerte...te abrazo con todo mi cariño...