Diles...

Diles…
Que estoy junto a los ángeles
que han perdido sus alas en el mar.
Que soy un cuerpo en el agua,
esgrimido y surcado de salitre y olas.
Que soy de luna en luna, vapor y barco,
mercante y marino de plegarias y sangre.
Diles que mi nombre es el de la tristeza
y mi rostro es su rostro
y sus manos mis manos.
Diles que con ella he ido a recorrer el mundo:
redondo como una uva en la niebla ahogada.
Diles que anteayer
era una umbrosa mancha
en el arrabal de las tinieblas
y que, hoy, me he convertido
en la intimidad con que el silencio habla
entre las ruinas desgastadas de una sombra.
Diles que ya no pregunten por mí
que he ido a cobrarle la deuda a la vida
por vender carne al tedio estos siglos,
que he ido a cobrarle al amor
la renta de deshabitar al corazón todos estos años.
Diles que no regreso nunca, nunca…
Que si buscarme quieren
estoy blanco y firme como busto y estatua
en el templo de tu olvido.










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dejeme felicitarlo por tan gran obra es un excelente escrito, deja unas imágenes únicas, un gusto leerle, saludos.

 

Si que les diga poeta como tu ya haz dicho tus letras exquisitas un poema que no se peude quedar en el olvido ya que esa melancolia es hermosa fantastica vaya es un gran poema me ha sido honor leerlo saludos poeta que gran escrito.