Dos-.

Aquí, en este pedestal inmenso,

edifiqué un reino de espuma y tergiversación

verbales. Un universo mineral excluido

de las sucesivas galaxias. De mi mano,

ampulosa y sucia, descendían estrellas

vencidas y arterias obstruidas. En lo rosáceo

del día, amplias marcas de leves huellas,

buscaban el pretérito incansablemente.

Tan tenazmente, que hirieron la roca madre,

lastimando el cuerpo que sostenía las nubes

y la ceniza dispersas. Sobre este universo,

de escobas incendiadas, un árbol reseco

quedó en suspenso, el árbol, con su rama

sólida anclada a la tierra, daba frutas todavía,

zumos bestiales de las entrañas perforadas.

Y yo seguí creciendo, en este eterno mar de

astillas enfrentadas. Uñas que el sol dispuso

sobre el camino, inquieto de titubeos y rosas.

©

 

Y te sientes orgulloso, confesando tus Pecados.
Je, je, je.
Yo también tengo mis vicios.
Intento dejar de fumar. Cada uno, con su cruz de cada día.

 

Una mirada al camino que queda atrás con un poco de futuro, me ha gustado el recorrido por las imágenes que se agarran del verso como la raíz al árbol. Saludos cordiales.

 

Un placer pasar y disfrutar de tu poesia, un abrazo fraterno, saludos poeta .

 

Muchas gracias Nancy, por pasar, por comentar y por puntuar, un abrazo recibe!!

 

Gracias amigo poeta, un abrazo!!