doscuatrocuatroseis

mi calle asilo 2446 y una desterrada mansion de raices
y lombrices humedas, oscura porcion de mi ninez
que nunca dejo de imaginar
lo que las manos escarban en el entrecielo
lo que la memoria acepta en condicion de lluvia
porque la otra media lombriz de mi vida partida
urge cielos agonizantes
mi asilo 2446 de timbres inquietantes, golpes en la puerta
ahora celulares
de vecinas sin olor
y pobres de cualquier edad
con un circulo de harina se conjura la presencia policial
mas los tantos kilogramos de lectura simple, asimilada
y las dos gotas de sed necesarias
para enfermarme de madrugadas
el espiritu es frio y hueco si se ausculta la vida
con medidas de jirafa y estetoscopio charbonier
secuaces de una primavera antiprotocolos nos enamoramos del cielo
y pensamos la politica desde el juego, sin escuelas
con mayusculas o sin minusculas atribuimos caracter de espanto
a las ventanas del cabildo
sombras de un procer vendido al peor postor

 

La matemática en la vida suele ser una suma de pasiones que nos restan como una sinfonía encadenada al filo del mundo... yo le leo a usted y, usted, usted deja una secuencia que lacera mi asomo ante mi frágil estructura.

 

numéricamente hablando un stock de letras parlante, el zig zag, del tiempo y lo diario que toca, gracias por enumerarlo así.

 

Impresionante tu manera de escribir!