DOSIS HABITUAL

Esta carajo esta vida
el trabajo, mis penas
mi desconcierto
mi aliento mañanero
pero soy optimista
cuando tomo ese café por la mañana
pensando que rendirá más el día
y al salir el sol me aplomo
aunque la mala vibra abunde
al prender el noticiero
los reclamos del casero
y que al saludar a la vecina
te cuente sus dolencias
o que el perro tiene hambre
pero no hay croquetas
y que al salir a la banqueta
no esta tu coche
y al llegar la noche
olvidaste tus llaves de casa en la oficina
que te abra la vecina
con un nuevo pesar para contar
que te duele la muela
que tus hijas tengan tarea de la escuela
y no sabes por dónde empezar
que vale la pena todo por una sonrisa
que te ensucias la camisa
y que el día termina
y es otro reto por afrontar
pero yo decido tomarme otro café
con mi dosis habitual de optimismo
aunque la vida con su cinismo
me quiera doblegar.​

 

Buena medicina, sin duda, y buen poema, Prianka. Un cordial saludo.