Droga

¡Deplorable!, se comenta.
"Que sujeto impresentable".
¡Mangante!, tachan algunos.
Pero la verdad segura ninguno acierta a llamarme
como correspondería,
que es más bién "Enfermo".
Débil de caracter, sí.
Impulsivo y compulsivo como el que más.
Enganchado a una farola,
no hay substancia psicoactiva
que no me haya deleitado.
No cualquier flirteo inocente, no.
Mas bién una estrecha relación
con lo que llaman "la droga":
del alcohol a la heroína,
el cannabis la "maría",
los "ajos" que dicen tripis o ácido LSD,
éxtasis, speed y coca fumada, esnifada
o inyectada, que importa.
Importante subidón.
Que pena que haya bajadas
que dejan sin freno el coche
con un tremendo aboyón
no sé como acabó anoche pero,
al parecer llegué.
Y esta oportunidad no caerá en saco roto.
Todas las dificultades arribaré prestamente
y recoger mi presente.
Oh sobriedad, sano juicio,
que loco ya fui bastante
y mi cabeza , no obstante
fue salvando de la quema neuronal que fue fatal
y longeva. Para despues de esta hoguera
arroparme al pedestal de mi ansiada sobriedad.​

 

Es verdad, los llaman de mil maneras, pero no de la manera correcta. Son enfermos, débiles ante la potente destrucción en la que han caído. Sólo hay algo que los salva, el amor. El apoyo incondicional e inquebrantable de sus seres queridos puede sacarlos del oscuro hoyo.
Un poema que se siente como grito de dolor. Un mensaje que sacude.
Gracias por compartir.
Estrellas y un abrazo fuerte.