Dulce condena.

Dorada cadena prisión de mi alma
me cierra en la cárcel cautivo en tu mirada
el vino tíbio de tus mejillas, lento me embriaga
y los pétalos de tu pecho, suave me atrapan

Frescura de fresa recogida temprana
en la blanca fuente,
boca de agua clara
de suave terciopelo,
piel de la aurora
acorde susurrante,
de voz arrulladora.

Remolinos de noches negras satinadas
en brunas celosías de madreselva trenzada
atavíos de diosas griegas y hadas
hasta acariciar suave tu curva nacarada.

Aroma de fresco rocío y escarcha
néctar de miel y almendra amarga
tu sabor en mis labios me estremece y encadena
celda abalaustrada eres dulce condena,
donde mi alma mora y no pena.

 

Pletórica de imágenes esta obra y con muy buen lenguaje. Un placer leerte. Saludos.

 

Hermoso escrito poeta, una certera descripción
de la cautividad que provoca un profundo sentimiento...
Saludos, un placer pasearme por tus versos.

 

Gracias amigos por vuestro comentarios, y por tomaros tiempo para leerme.
Un abrazo.

 

Muy bello poema... me encato su forma de describir esos sentimientos... un placer leerla!
un saludo
...REM...

 

Gracias también amiga a ti por tomarte tu tiempo para leer el poema.
Un abrazo.