Dulce Navidad

Los hijos de nadie eran llamados los cuatro hermanos, educados por la calle, con ropas remendadas y sus pequeñas caras sucias, siempre se les hallaba jugando, riendo, aveces llorando o talvez peleando y refunfuñando. Caminaban por el asfalto de la ciudados cansados, agotados y soñolientos, sin embargo, un rayo de lfelicadad cruzaba sus caras, puer era navidad y ellos cargaban ente sí su pequeño y triste árbol de navidad, pero al final suyo...
A la cabeza se encontraba el padre cominanado hasta su casa despues de un largo día de venta en la Merced, para celebrar por fin. Los niños sólo pensaban en adornar su arbolito, aquel, que habian conseguido casi regalado.
Despues de la cena su madre suplicaba que dejará de tomar a su padre quien al parecer, como siempre, se habia exedido en las copas, mas borracho de coraje la tomó por la fuerza obligandola a beber con él, siendo mas embriagador el hecho de tener el mando sobre ella que el mismo néctar que resbalaba por su garganta y tomaba con frenesí al borde de derramarlo sobre su camisa, enloquecía cada segundo, despues nada... solo el eco de su endemoniada voz: ¡bebe! ¡Bebe!
¡BEBE CONMIGO!!!, y la imagen del demonio incociente tumbado en la mesa, y la de una avergonzada criatura aun de rodillas, frente al silencio, derramando amargura y dolor por su cara, y claro como olvidar a los niños, a los cuatro hermanos que aun sin terminar de comprender cómo y porque habia pasado sollozaban con estrepita violencia, apretados en una esquina pues fuese lo que fuese que estaba en aquella habitacion, estaban seguros, los consumira poco a poco hasta desaparecer.

 

Siniestramente real...